Colombia tiene algo más de 40.000.000 de habitantes, anualmente entre 3000 y 4000 de ellos, incluidos algunos turistas, son mordidos por serpientes venenosas, o como técnicamente se dice, han sufrido un accidente ofídico. Esto supone que en promedio hay entre 6 y 12 casos de mordeduras por cada 100.000 hab, siendo la mortalidad media por mordedura de alrededor del 3%.
Abundancia de mordeduras de serpientes (nº de casos) en Colombia en 2011 |
Como puede verse, la mayor incidencia se produce en los departamentos de Antioquia y Bolívar, pero para tener una idea más adecuada de la importancia, debe relativizarse el número de mordeduras por cada 100.000 habitantes, lo que se indica a continuación.
Mordeduras de serpientes por cada 100.000 habitantes en 2011 |
No obstante, todas las estadísticas aceptan que la incidencia de mordeduras es superior a las que se contabilizan en los centros asistenciales, y que fácilmente puede llegar al doble de lo recogido oficialmente. Es muy común que las mordeduras en zonas rurales o aisladas sean tratadas por los chamanes o brujos. En muchas zonas del país la gente tiene por costumbre pedir primero ayuda a curanderos y brujos, cuyos remedios varían desde la aplicación de emplastos con especies de plantas, algunas de las cuales tienen, como mucho, valor analgésico, hasta aplicar bebedizos a base de zumo de limón y ajo, petróleo o gasolina, o agua con fango de pantano, ungüento especial para la mordedura de la “rabo de ají” (Micrurus dumerilii).
Hasta el momento, una de las pocas plantas que han demostrado tener algún valor para calmar los dolores de la mordedura de serpientes ha sido la Renealmia alpinia, una zingiberacea llamada matandrea o pintura negra en Colombia, común como ornamental en muchas partes del mundo, y cuya raíz machacada se utiliza como emplastos en las mordeduras.
Renealmia alpinia |
La planta tiene una alta concentración de diterpenos y cumarinas con demostrada función febrífuga, lo que hace que los síntomas de la mordedura disminuyan. Algunos trabajos tambien han encontrado evidencias de la actividad antivenenosa de dicha planta (Patiño et al. 2012)
¿HAY CADA VEZ HAY MAS SERPIENTES VENENOSAS?
Existe la sensación de que la abundancia de serpientes venenosas ha aumentado en Colombia en los últimos años. En el 2012, la entrada a la Playa de Neguanje, en el PN Tayrona, se prohibió una temporada debido a la excesiva densidad de serpientes venenosas, algo muy raro según los habituales de la zona.
Haya o no aumento en la densidad de serpientes venenosas, lo cierto es que la frecuencia de mordeduras ha sufrido un ligero incremento de un 2% entre los años 2009 al 2012, lo que pudiera ser un reflejo del aumento en las abundancias de las especies venenosas. Sin embargo, hay muy pocos datos que apoyen esta hipótesis, sobre todo porque no existen suficientes estudios que puedan evidenciar la variaciones en la abundancia de estas serpientes con el tiempo.
El ligero incremento en el número de accidentes ofídicos reportados en los últimos años pudiera ser debido, entre otras posibilidades, bien a un aumento de la densidad de serpientes, o bien debido al impacto humano en los hábitats naturales en los que estas especies viven (zonas boscosas). Estos cambios pudieran estar afectando a las presas o depredadores de estas serpientes, lo que favorecería un mayor contacto del hombre con las especies venenosas.
La alta natalidad de algunas especies como la mapaná, que llegan a tener 80 crías al año (20-30 en promedio) pudiera favorecer este incremento, pero como he comentado, hay otros factores que pudieran estar influyendo. Uno de estos factores pudiera ser las alteraciones en la abundancia de los enemigos naturales de las serpientes: águilas, gavilanes y halcones (sobre todo el guaco o halcón reidor, Herpeptotheres cachinnans) y pequeños mamíferos como mapaches (Procyon spp.) y coatíes (Nasua spp.), incluso tarántulas, que comen las puestas o los individuos jóvenes (Sasa et al. 2009). Es reconocido que los zaínos (cerdos salvajes, Tayassu spp.) atacan a los ejemplares jóvenes de serpientes.
Otro factor que puede influir en el control de las poblaciones de las serpientes venenosas es la eliminación indiscriminada de todo tipo de serpientes por parte de los campesinos, lo que afecta a especies depredadoras de las venenosas como la Drymarchon melanurus (zumbadora) o la Clelia clelia (cazadora negra, zumbadora, musurana, zopilota). Clelia tiene inmunidad a la mordedura de las Bothrops, es una serpiente venenosa, pero los dientes que expulsan veneno están en la parte posterior de la boca (opistoglifa) por lo que es poco peligrosa para el hombre, aunque se han dado casos de mordedura en humanos por Clelia, y parece que su veneno es más potente de lo que se cree.
Otro factor importante que puede estar modificando la densidad de serpientes o el incremento del accidente ofídico es el cambio de uso de suelo. Los bosques y vegetación natural se van destruyendo por cultivos y zonas impactadas, zonas humanizadas en las que muchas especies encuentran presas asociadas a la actividad humana como ratas, o zonas habitadas en las que se refugian a falta de alimento en sus zonas habituales. Por otra parte, muchas zonas boscosas que antes apenas eran visitadas por el hombre se han convertido en zonas turísticas por lo que el contacto con estas serpientes ha aumentado.
ALGUNAS PRECAUCIONES PARA EL TURISTA
Usa botas altas
Todos utilizamos botas de goma altas como precaución, pero la verdad es que solo protegen de la mordedura de ejemplares relativamente pequeños, cuya fuerza mandibular impide que los colmillos puedan atravesar la goma. Para las serpientes grandes, las botas sólo tienen un “efecto placebo” para el usuario. Ni que decir tiene que cuanto más duro sea el plástico, mayor protección, lo cual está inversamente relacionado con la comodidad, aspecto que tendemos a priorizar teniendo en cuenta que se suelen utilizar muchas horas. Lo ideal sería disponer de botas antiserpientes , de cuero o materiales duros
No hagas excursiones nocturnas.
La mayoría de las serpientes venenosas son de hábitos nocturnos, y son fáciles de encontrar si se hacen excursiones nocturnas, algo que por otro lado es casi obligatorio si realmente se quiere ver buena parte de los animales interesantes de la selva. Las salidas nocturnas deben hacerse con el máximo cuidado y siempre por caminos o veredas que reduzcan el riesgo de encuentro o pisoteo accidental de una serpiente, y por supuesto con ayuda de una potente linterna. La única ventaja que se tiene por la noche es que los ojos de los animales brillan, lo que permite detectar animales que durante el día estarían camuflados. En algunas zonas protegidas se prohíben las excursiones nocturnas debido al alto riesgo de sufrir un accidente ofídico. En el PN Tayrona encontré una raboseco o mapaná a 50 m del camping de Cabo San Juan, afortunadamente el césped era muy corto y limpio de hojarasca, por lo que fué fácil verla.
No te salgas del camino
Si no quieres tener experiencias desagradables lo recomendable en las visitas nocturnas es utilizar caminos anchos y limpios de vegetación. Las carreteras poco transitadas son una buena opción para ver serpientes ya que muchas aprovechan por la noche el calor residual del asfalto y pueden observarse con menos riesgo, aunque mucho menos riesgo tiene observar al día siguiente aquellas que han sido aplastadas por los automóviles en la noche anterior.
Hay quien recomienda que, si por causas obligadas hay que caminar por la noche, por ejemplo para moverse desde la playa al hotel atravesando una zona con vegetación, lo mejor es pisar fuerte haciendo ruido con los pies e intentando que la tierra vibre a nuestro paso, justo lo contrario de lo que la mayoría tendemos a hacer en esas ocasiones, que es evitar hacer ruido.
En las excursiones diurnas tampoco conviene abandonar los caminos o sendas, las serpientes suelen estar refugiadas entre la vegetación durante el día. En muchas zonas la densidad de serpientes es elevada y la probabilidad de cruzarte con ellas en un camino es relativamente alta. Salvo que se vea moviéndose, las mapanás se mimetizan perfectamente con la hojarasca del suelo por lo que se debe tener mucha atención al caminar.
No toques nada
Antes de poner la mano, mira muy bien donde la pones, incluso evita en lo posible poner la mano sobre el suelo o la vegetación. Muchas especies de serpientes se mimetizan perfectamente con la vegetación o se ocultan en partes de la vegetación y quedan fuera de la vista. Muchas mordeduras por las víboras de pestaña o por corales son debidas a imprudencias por tocar la vegetación.
La otra razón por las que no debe tocarse la vegetación es que muchas plantas de zonas tropicales son muy urticantes, y varias tienen hormigas simbiontes que no dudan en dar buenos mordiscos a cualquiera que las toca. Pocas veces se ve a un nativo tocar la vegetación, a menos que sea con su machete o con un palo.
No lo dudes, contrata un guía local
Por muy experto naturalista que crea ser un turista, es absolutamente recomendable ir acompañado de un buen guía local en las excursiones por la selva. No solo porque la compañía de un buen guía permite ver muchísimos más animales que sin él, sino también por pura seguridad, sobre todo en una excursión nocturna.
Contratar guías locales permite además dar valor a la conservación de la naturaleza para los habitantes de la zona, lo que favorece la preservación de especies locales. En la muchas zonas protegidas de Suramérica es obligatorio ir acompañado de un guía local, cuyo precio puede variar mucho según la zona.
ALGUNAS ESPECIES DEL SERPENTARIO DE LA UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA (Medellín, Colombia)
De las 250 especies de serpientes conocidas en Colombia, solo 40 son venenosas. Estas se agrupan en dos familias, Viperidae, en la que se incluyen los géneros Bothrops, Crotalus o Lachesis, relacionadas con nuestras víboras europeas, y con venenos muy complejos en su actividad, y la familia Elapidae, a la que corresponden las serpientes coral (Micrurus spp.) y las serpientes marinas (Pelamis), relacionadas con las cobras y las mambas y con veneno neurotóxico.
Lachesis acrocorda (bushmaster)
Es la víbora de mayor tamaño, se conocen individuos que superan los 3 m. También llamada verrugoso (por las carenas pronunciadas en sus escamas), rieca, macaruel o surucucú. Contrariamente a lo que la gente cree es una víbora poco agresiva, los campesinos utilizan palos grandes para intentar matarla creyendo que pueden ser atacados, y sin embargo no dudan en utilizar un corto machete para intentar matar a la terciopelo, muchísimo más agresiva.
Bothriechis schlegelii (eyelash pitviper)
Es una de las víboras más conocidas, y fácilmente observable ya que es muy arborícola. Llamada víbora de pestaña por sus protuberancias supraoculares, granadilla o cabeza de candado. Varía mucho de color, desde verde o amarillo intenso (es la conocida oropel de Centroamérica), hasta negro o marrón.
Crotalus durissus (neotropical rattlesnake)
Es la única cascabel que se puede encontrar en Colombia. Son características del bosque seco tropical, pero también se encuentra en otras zonas.
Bothrops atrox y Bothrops asper (fer-de-lance)
Responsables de hasta del 80% de los accidentes ofídicos en Colombia. Son serpientes muy agresivas. También llamadas rabiblanca, raboseco, taya, taya X, pudridora, cuatronarices, terciopelo, mapaná, barba amarilla, o fer-de-lance. Al contrario que la mayoría de serpientes, estas no temen la presencia humana y no es raro que entren en las casas o fincas. B. asper se distribuye desde las costas pacífica y caribeña hasta los andes. B. atrox se distribuye en la amazonía y la orinoquia. La mortalidad de las mapaná supera el 70% si no se es tratado con suero anitiofídico.
Estas serpientes son mas activas en la estación húmeda que en la seca, y sobre todo entre las 20 y las 22 h de la noche (Oliveira y Martins, 2001)
Micrurus dumerilli
Coral
Se dice que las corales verdaderas, para distinguirlas de
las falsas corales, deben cumplir con alguno de estos tres patrones. Uno es el patrón característico de la rabo de ají (M. mapartitus) con anillos negros y blancos o amarillos alternándose , el segundo
es el patrón RANA (rojo-amarillo/blanco-negro-amarillo/blanco),
característico de la M. dumerelli, y el ultimo es el característico de la M.
ancoralis con tríadas de anillos negros intercalados con blancos y separados por uno o dos anillos rojos.
Lampropeltis triangulum
Falsa coral.
No es venenosa, característica por imitar las pautas de las corales venenosas.
Referencias:
Oliveira
M.E., Martins M. 2001. When and where to find a pitviper: Activity patterns and
hábitat use of the lancehead, Bothrops atrox, in central amazonia, Brazil. Herpetol.
Nat. History 8: 101-110.
Patiño et al. 2012. Efecto inhibitorio de extractos de Renealmia
alpinia sobre el veneno de Bothrops asper (mapaná). Biomedica, 32: 365-374.
Sasa M. et
al. 2009. Natural history of the terciopelo (Bothrops asper) in Costa Rica. Toxicon
54: 904-922
Wasko D.K.
2009. Spatial and feeding ecology of the Fer-de-Lance (Bothrops asper) in Costa
Rica. Theses. University of Miami
Informes anuales de accidentes ofídicos del Instituto
Nacional de Salud. Colombia
Información complementaria: